La Silla de Oficina Convencional

17/diciembre/2015

La gran variedad de usos y la pluralidad de usuarios se resuelve satisfaciendo los siguientes requisitos:

• Márgenes de ajustabilidad a las dimensiones funcionales.
• Posibilidad de cambiar de postura frecuentemente.
• Posibilidad de acceso al entorno de trabajo.

Para cuyo cumplimiento se ofrecen las siguientes recomendaciones generales:

Dimensiones regulables.

Este requisito implica la posibilidad de fijar el mobiliario a las necesidades del usuario.

Los ajustes aconsejables son los relativos a: la altura del asiento (imprescindible, para la diversidad de usuarios), inclinación del respaldo (imprescindible, para la diversidad de tareas) y altura del soporte lumbar (aconsejable). Los elementos de regulación deben ser simples en lo que se refiere a su manejo y accesibles mientras el usuario está sentado en la silla.

A) ALTURA DEL ASIENTO.
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Si la silla es demasiado alta: los pies no apoyan en el suelo, se padece una presión excesiva bajo los muslos y puede quedar demasiado alta con respecto a la mesa.

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Si es demasiado baja, origina: compresión abdominal, dificultad para levantarse, falta de apoyo en los muslos y exceso de presión en las nalgas. Además puede quedar muy baja con respecto a la mesa.

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La solución ideal es disponer de un margen amplio de ajuste, entre 38 y 54cm. Si la dimensión ha de ser fija, se recomienda una altura de unos 42 cm. Los usuarios de baja estatura deberían utilizar un reposapiés.

B) INCLINACIÓN DEL ASIENTO.

La inclinación preferible suele ser de pequeños ángulos hacia atrás, pero por la variedad de posturas de trabajo sobre la mesa, puede alternarse con inclinaciones hacia delante.

Inclinación del asiento:

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C) ALTURA DEL APOYO LUMBAR.

Se recomienda la posibilidad de subir y bajar el respaldo en un margen amplio, de modo que la altura del apoyo lumbar varíe entre 15 y 25 cm. En sillas no regulables, entre 19 y 21.

D) ÁNGULO ASIENTO-RESPALDO.

Para tareas de oficina se recomienda un ángulo de 100°—120° en sillas regulables. En asientos no regulables: 105°.
Señalar también que los asientos que se fabrican en la actualidad son más duros que los que se empleaban anteriormente. Asientos más duros, facilitan el descanso de sus usuarios. Así lo ha entendido también el sector del automóvil, puesto que ahora los vehículos van equipados con asientos más duros que los que se incorporaban años atrás.

Sistemas de ajuste dinámico.

Han tomado interés los mecanismos que permiten el desplazamiento automático de los elementos de la silla en consonancia con las variaciones de postura del usuario.
Estos elementos, de ajuste dinámico, atañen principalmente a las inclinaciones del respaldo y asiento, y se recomiendan sobre todo en sillas de oficina multiuso y en los sillones de ejecutivo, en las que el usuario cambia de postura frecuentemente.

Al abatirse el respaldo el usuario apoya una mayor proporción de su peso sobre el respaldo, por ello, el mecanismo de basculación debe oponer mayor resistencia cuanto más se inclina el usuario hacia atrás.
La silla de oficina debería ser giratoria.

Una silla giratoria nos permite una mayor movilidad sin forzar la postura. Las sillas fijas son admisibles como elemento complementario, pero no para la persona que pasa su jornada laboral sentada.
Mobiliario que se adapte a su usuario.

Es un error el asignar muebles más grandes cuanto más alto es el nivel jerárquico del usuario. El sillón más cómodo es aquel que mejor se adapta a las características de la persona que vaya a sentarse en él. Además hay que tener en cuenta la tarea que éste realiza.

Profundidad del asiento.

La profundidad óptima es aquella que permite usar el respaldo sin que se note una presión excesiva debajo de las rodillas o en las pantorrillas.

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Si Ia silla no tiene regulación de la profundidad del asiento, debe diseñarse para que sirva aI 90% de la población. Es decir, con una profundidad de 40 a 44 cm.

Si la profundidad es excesiva los usuarios de baja estatura no usarán el respaldo lumbar (o zona lumbar del respaldo) por evitar la presión en la parte de la pierna que está situada detrás de las rodillas (en las corvas).
Por otra parte, el asiento no tiene que tener un relieve acusado, siendo preferible una superficie casi plana y el borde delantero redondeado.

Un buen respaldo es fundamental.

El apoyo es imprescindible en la zona lumbar. Resulta conveniente tener un respaldo que llegue hasta la parte media de la espalda. No debe ser demasiado ancho en su parte superior para que no reste movilidad a los brazos.
El respaldo debe ser convexo en el plano vertical y cóncavo en las secciones horizontales. Al menos debe cubrir la zona lumbar, aunque son recomendables respaldos más altos en las sillas de dirección.
En su parte más baja debe dejar hueco suficiente para las nalgas y permitir un fuerte apoyo de la zona lumbar. Por otra parte, el respaldo puede ser algo más blando que el asiento.
En una silla sin respaldo la postura del asiento provoca los siguientes efectos: Ia pelvis se inclina hacia atrás, la columna vertebral se curva y sus músculos deben sostener todo el peso de la misma.
Dimensiones del respaldo:

• Anchura del respaldo lumbar: > 35 cm.
• Anchura de la parte superior del respaldo: < 30 cm. • Altura del borde superior del respaldo: > 45 cm.

La silla debe ser estable.

Las personas que trabajan en una oficina suelen moverse bastante cuando están sentadas, inclinando el cuerpo para acceder a cajones, muebles auxiliares, etc. Por este motivo, la base de la silla debe asegurar su estabilidad, incluso cuando todo el peso del cuerpo descanse sobre el borde del asiento.
En general son preferibles las sillas con ruedas ya que permiten una mayor movilidad del usuario sin forzar la postura. Ahora bien, estas sillas no deben tener menos de 5 apoyos en el suelo. Por otra parte, la base del asiento no debe impedir el movimiento de los pies ni dificultar el movimiento de levantarse.
Es conveniente disponer de reposabrazos.

Los reposabrazos son siempre convenientes para dar apoyo y descanso a los codos y antebrazos, pero no deben ser tan largos que impidan acercar la silla a la mesa. Es decir, su longitud debe ser algo menor que la del asiento.
Además deben ser lo suficientemente gruesos para apoyar cómodamente los codos sin que se note excesiva presión. No deben tener bordes agudos.

Dimensiones del reposabrazos:

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Sillas acolchadas.

Es aconsejable que el asiento tenga un acolchado bastante consistente, de modo que apretando con el pulgar no pueda tocarse el soporte. El material de este acolchado debe también permitir una buena disipación de la humedad y del calor, y conviene también evitar los materiales deslizantes.

Sillas con ruedas.

Es interesante que las sillas dispongan de ruedas y posibilidad de giro, de modo que cuando el usuario se mueva para acceder a cajones, mesas auxiliares, etc. no tenga que hacer esfuerzos.

Debe estar dotada de algún sistema de fricción que evite un movimiento exagerado de la silla.

El reposapiés es necesario cuando la mesa no es regulable.

Al diseñar una silla su altura se ajusta para que al menos pueda sentarse en ella el 90 ó 95% de la población. Sin embargo, queda un porcentaje de la población más baja en estatura para quien estos muebles no son adecuados.
La utilización de sillas más bajas no es una solución puesto que las mesas quedarían demasiado altas. La solución más sencilla es disponer de un reposapiés, que debe ser lo suficientemente amplio para que permita el movimiento de los pies sobre el reposapiés y facilite los cambios de postura.

Dimensiones del reposapiés:

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